mirador


el viento envolvió
con calidez
el perfecto encuentro,
los pulmones se encargaron
de delatar 
el deseo,
los ojos sirvieron 
para admirar
la infinita paz del momento.

todo implicó
curvas.

los dedos rozan
el horizonte de la vida
sin temor.
el arrebol del atardecer tiene colores distintos.
mis ojos destellan otro resplandor.
los caminos son melodías armoniosas.

de mi cielo
cayó una estrella fugaz
y me dio de regalo un deseo.

las caricias...
vienen en los pétalos de rosa
con sabor a atardecer,
vienen después 
de la curva perfecta,
vienen 
al comienzo y al final del andén,
vienen con el impulso de un vuelo, 
con la unión de los dedos,
con la sinceridad en el cuerpo
y con emociones nerviosas
en el roce de la piel.

los ojos se encontraron de nuevo,
se sonrieron con el destello
del reflejo de los cuerpos.

la libertad se abre paso como el mar.
la felicidad es el condimento perfecto
del destino.

somos dos ingenuos 
sobrevolando
los sentimientos
banales de la humanidad.

estamos conectados
por la magnánima
bóveda de luz,
por la luna,
por la esencia.

es algo más que adrenalina.

dejémonos desplazar
junto al viento
que es nuestro compañero.
Orión (el guardián celestial)
nos conectará 
desde
cualquier lugar.

la sonrisa de mi rostro
ya no es cínica.
es sinceridad,
es lo que anhelaba,
es
paz.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No sabes cuánto amé el poema, querida Champi.

Es justo lo que buscaba *.*

¡Qué bueno que estás pensando de esta manera! Me alegra muchísimo :)

Un beso,
Fer

ps: Antoine de Saint-Exúpery ROCKS!
EzGirl ha dicho que…
Ay a mi también me gustó!
ese sabor a atardecer...me pregunto cómo será.

un besito hongo, siga escribiendo!

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