Fulanita



Digamos que tenía ganas de gritar. Sí, de gritar, escupir y arrancar. Pero que nadie la escuchó cuando ella lloraba bajo los árboles de invierno, nadie la miró cuando se escondía bajo los libros. Digamos, Fulanita Pérez quiso escapar. Salir corriendo, literalmente, de su casa, de las personas, quizás hasta de su propia vida. Digamos que lo hizo, aunque la verdad es que se quedó sentada mirando el sol. Digamos que ella ahora sonríe de vez en cuando, que le gusta escuchar buena música y, que se acostumbró a estar con la ausencia que suele caminar descalza detrás de ella. Digamos que ella siempre supo su suerte. Digamos, Fulanita siempre supo lo que pasaría en su vida, porque ella es un puerco espin suicida. Digamos que está un poco deprimida, digamos que es un poco pasional. Digamos, Fulanita es la persona más hormonal que existe en la vía láctea. Pero digamos por un momento la verdad. A ella le acomoda la soledad. Le queda bien en todas sus formas. Pero también le gustaría escaparse a los cerros, como la oveja negra que és. Le gustaría, y está hace muchos años, pensando en desterrarse. Digamos, Fulanita tiene fe en que su vida dará un giro, que vendrá una oleada de un fabuloso destino. Digamos que a Fulanita ahora le importa un carajo la vida de los demás, las migajas que le tiran, o lo que piensen de ella. Digamos que Fulanita dejó de ser suicida, y ahora quiere evolucionar. Digamos, Fulanita ahora se recicla.


Comentarios

EzGirl ha dicho que…
No tienes idea de cómo me llegó lo que escribiste.

Un beso honguito, espero que estés bien.

:)
Anónimo ha dicho que…
Champi:
Me encantó tu texto ^_^

A mí también me llegó.

Ojalá te encuentres excelente :)

Besos!
Anónimo ha dicho que…
ahm a mi no me llegó por k io llege a él , GRAN diferencia!

vamos mujer! te apoyo!!

ánimo en tu viaje, evolución o lo k sea


miau!

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