mar

la mujer se arremangó su soledad
comenzó a caminar con su despecho
en plena noche
con el olvido tomando su mano
tenía claro haber perdido el juego
apostó su vida al mar y a él se devolvió de nuevo
que así como vino, se fue y volvió a venir
no quiso escuchar los ecos
golpear en los roqueríos
no le bastó con la esperanza del nuevo amanecer
debía seguir caminando
debía perdonar al sol
y que el mar le besara la mano
debía seguir recogiendo
a paso lento todo lo que le había quedado
debía seguir aceptando
que todo en esta vida va y viene
que ella misma es un mar
que su alma debe saber abarcar todas las utopías
para que su quimera se haga realidad

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