Interludio desastroso

no me regañes
amarga consciencia
por la incapacidad
que tengo
de sentir la vida.
no me lapides
bajo tu áspera piedra
por ser tan agria
con los instantes
más sublimes.
no me escupas
en la cara
todo aquello
que he guardado
de por vida.
no me tires más rencores
porque olvidé distinguir
el límite entre el pecado
y la voluntad de mi cuerpo.
no me arañes el corazón
mira que ya no puedo
mantenerlo dopado
porque ya agoté
toda la dulzura
que pudiera renovarlo.
no me quites el alma
que finalmente
es la única que se mantiene
expectante y esperanzada
cada vez que ve el sol
en los ojos ajenos.

Comentarios

Carlos ha dicho que…
Muy bonito

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